Sin querer, sin pensarlo, el destino me llevó hoy a la casa en donde vivimos tantas cosas, verla de noche después de un año se sintió raro, recordando todas las mañanas, tardes y noches que pasamos ahí, se vio tan distinta a la última vez que la vi, oscura apagada sin rastros de tu abuela esperándonos para almorzar. Que linda historia tuvimos, que lindo la pasábamos pero sin darnos cuentas todo se acabó. Que linda historia de amor, con sus días grises y sus días coloridos, esos colores que nunca se van a ir de mi mente, al igual que tu mente. Miéntele a ella, dile que no me recuerdas, dile que no sientes mis risas en la habitación en donde pasamos tardes, dile que me odias, miéntele a tu corazón, dile que no soy nadie, porque aunque no quieras sigo en tu vida...
Aunque mi mente me decía que no, miré y logré apreciar el fondo de esa casa, el lugar en donde como dos nenes jugábamos, el lugar en donde compartíamos meriendas, el lugar en donde muchas veces mi boca toco la tuya y mis oídos escucharon un te amo, que felices éramos, y todo terminó hace más de un año. Y sigo queriendo lo mejor para vos.
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