sábado, 14 de enero de 2012


-Él quiere saber adónde vas, dónde estuviste, con quién, en que horario y por cuanto tiempo. Exige explicaciones por todo (hasta por tu forma de vestirte) y pretende conocer hasta tu pensamiento más recóndito, porque no quiere que tengas "secretos" con él.

-Formula prohibiciones o amenazas respecto a tus estudios, tu trabajo, tus costumbres, las acividades o las relaciones que tenés.

-Fiscaliza a tus parientes, a tus amigos y a tus compañeros de estudio o trabajo, de los que siempre desconfía.

-Monta escenas en público o privado por lo que vos u otros dijeron o hicieron.

-Te obliga a formar una alianza con él para aislarse o para enfrentarse a los demás. Ante cualquier cuestionamiento tuyo, dice que los parientes o amigos "te llenan la cabeza" contra él.

-Es seductor y simpático con todos, y es muy cumplidor con su trabajo, pero a vos te trata de una manera cruel.

-Se irrita y tiene estallidos de violencia. Luego actúa como si no hubiera pasado nada.

Si te juzga, te maltrata, te desprecia, te grita, te humilla, eso es VIOLENCIA.

El amor no es una flor un 14 de febrero y un "perdón, no lo voy a volver a hacer". El amor es respeto, y todos los días.

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