Hace unas semanas atrás, diría que un mes, volví a agarrar el teléfono de mi casa para llamar a su abuela, Celia, y me atendió, la sensación que sentí fue tan especial, ganas de llorar mezclado con una sonrisa, y los recuerdos empezaron a rodar como en una película, fue muy lindo escuchar su voz, planeo en estos día ir a su casa, aunque mi cabeza y mi panza se conviertan en una tormenta de pensamientos, tantas cosas vividas ahí, va a ser como una película en la que la protagonista voy hacer yo.
Anoche, pasadas las veinticuatro horas, busqué el número de su mamá, y le mandé un mensaje, y al siguiente mensaje le agradecí la felicidad que me había dado en ese tiempo. Ambos mensajes me los respondió con el cariño que siempre tuvo.
Soy una persona que a pesar de cosas de la vida salga lastimada, hago lo que siento y siempre perdono, perdonar es gratis pero devuelve alegría al corazón y el alma descansa.
Entonces, sean felices, olviden los rencores y vivan en paz, que el perdón es lo más valioso que puede tener una persona.
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